miércoles, 25 de marzo de 2020

PASION DE MEJILLONES


Diamante en bruto
Capítulo 1


Luis Alberto Rubioza Tierra Santa es el gran cacique de uno de las pequeñas villas cercanas a su gigantesca mansión en las tierras montañosas del tropical país.
Las tierras de Rubioza abarcan hectáreas de terreno, incluyendo las dos villas donde los habitantes trabajan como jornaleros explotados recogiendo cereales o la uva, con la que el cacique hace un exquisito vino "Tierra Santa".

La situación de las villas es bastante deplorable. A jornadas de sol a sol y castigados por los hombres de Tierra Santa los aldeanos empiezan a estar hartos de la presión de Tierra Santa y buscan rebelarse bajo el mando de José Alfredo San Pedro Reyes, uno de los hombres más conocidos de las dos villanias. Famoso por su humildad y su entrega a los demás sacrificando sus vida para que los demás tengan algo que llevarse a la boca.



Una noche de fiesta los hombres de Tierra Santa bajan a una de las villas, Santa Cecilia, a disfrutar de unos tragos y de buena compañía y apagar el calor del intenso verano. Entre ellos se encuentran Arnoldo "El Negro" y Ricardo Anselmo Mancebo, los dos lugartenientes del Gran Cacique. Las furgonetas llenas de hombres deseosos de una fiesta llegan a la plaza de Santa Cecilia. Los disparos de las armas de los sicarios alertan a la población que corren a refugiarse a sus casas aterrados.

Los hombres acaban en la posada, en la que trabaja Jose Alfredo San Pedro y su joven hija Rosarito como camarera del local. Pronto, los hombres en la Taberna y embriagados por el alcohol empiezan a propagarse con Rosarito. Su padre sale en su defensa sólo para recibir un machetazo de Ricardo en el hombro mientras el Negro entre las risotadas de sus amigos decide violar a la joven delante de su desesperado padre.

Uno a uno disfrutan del juvenil cuerpo de Rosarito mientras Ricardo con el machete en el cuello obliga a su padre a ver la violación sin poder hacer nada. El último es Ricardo que mientras abusa de la muchacha le va desfigurando el rostro con su machete. Las risas del maniático Ricardo se mezclan con los aterrados gritos de la joven.

Con Ricardo satisfecho y con Rosarito con su cara destrozada, los hombres destrozan el bar y se deciden a quemarlo como castigo.

- No se puede jugar con los intereses del Patrón. El manda aquí y odia a aquellos que no comprenden que es bueno y sólo busca el bien de los que le rodean. Que hay que trabajar un poco, que tenéis que esforzaros en complacernos, es una forma de darnos las gracias por vuestro trabajo. Pero no, José Alfredo, siempre tienes que rebelarte y atacar al Patrón. Rosarito a pagado las consecuencias de tus continuas molestias. ¡Atadle, muchachos!- Ricardo sonríe mientras el gigantesco Negro permanece a su lado.

Los hombres atan a José Alfredo mientras otro sale a por un pequeño bidón de gasolina. Los hombres no dejan de reírse divertidos.

Rosarito intenta levantarse y huir mientras los hombres se divierten con su padre.

-¡Vaya esa maldita quiere irse!- dice Ricardo -Lo siento pero Tierra Santa no tiene planes para ti

El sicario dispara a la joven que cae de bruces al suelo. Entre risas y tras arrojar la gasolina en el bar salen ordenados. Ricardo enciende un cigarro y le da una calada.

- No volverás a molestar al Patron- Ricardo sonríe.

Y mientras las furgonetas se retiran a la mansión el bar se quema poco a poco. Nadie sale de sus casas hasta que el silencio sepulcral vuelve a reinar en la noche.




Fin del capítulo 1